lunes, 30 de abril de 2012

Caracolas de canela para principiantes

La receta dulce de esta semana es muy sencilla en la elaboración del bollo pero nos permite avanzar un poco en los conocimientos de glaseados y almíbares, que luego podréis utilizar en otras recetas

Necesitaremos:
  • Hojaldre fresco (en otro momento os enseñaré la masa casera, pero para hacer las primeras es lo más fácil)
  • Azúcar moreno (nosotros usamos la integral, pero vale cualquiera)
  • Canela
  • Mantequilla
  • Leche (no importa que sea entera, semi o desnatada)
  • Azúcar glass
  • Agua
  • Extracto de vainilla (opcional)


Extenderemos en nuestra mesa de trabajo el hojaldre y lo pintaremos con la mantequilla derretida unos segundos en el microondas.

Repartiremos por toda la lámina el azúcar moreno y la canela abundantemente cubriendo bien el hojaldre.


Para formar las caracolas haremos tiras de unos 2 cm de ancho, osea unas 5 por lámina de hojaldre, y con cada una de las tiras lo que haremos será doblarla a la mitad presionando, un poquito, en la unión para que no se despeguen al meterlas al horno.

Después, enroscaremos cada tira resultante desde un extremo hasta el otro, y ya tendremos el bollito preparado. Repetiremos lo mismo con todas las tiras y las colocaremos en la bandeja de horno  con un poco de papel para hornear, con la parte en la que se ve la unión hacia abajo.


Ponemos a precalentar el horno con calor arriba y abajo a 180 grados y preparamos el glaseado previo a hornear.
En un cacito echamos una medida (yo he usado una cuchara sopera) de mantequilla en pomada (bastante derretida aunque no líquida) y la misma cantidad de azúcar moreno. A continuación añadiremos el doble de leche caliente y canela al gusto y batiremos con unas varillas hasta que quede bien integrado todo.


Con un pincel de silicona pintaremos abundantemente las caracolas por arriba y por los lados y las metemos en el horno entre 15 y 20 minutos, hasta que las veáis doraditas.


Cuando les falte poquito para estar listas aprovecharemos para preparar el glaseado que les dará el toque especial. En un bol pequeño echaremos el azúcar glass, aproximadamente 150 gramos (la verdad es que yo lo hago a ojo) y un chorrito de agua, no mucha, y comenzaremos a mezclar con las varillas. Iremos añadiendo agua a pocos, según veamos la necesidad del glaseado, pero no será mucha cantidad porque este tipo de azúcar se disuelve muy bien.
Añadiremos un chorrito de vainilla (no es necesario, pero creo que le da un sabor muy rico) y seguiremos removiendo hasta que quede de color homogéneo. Tenemos que conseguir un semi líquido como se ve en la foto que se puede extender.


Cuando las caracolas estén listas las colocaremos en la bandeja que las vayamos a guardar y con una cucharita esparciremos el glaseado por encima. La cantidad dependerá de los golosos que seáis, pero os aviso que le aporta jugosidad al hojaldre y personalmente creo que queda delicioso.
No tienen comparación con la bollería industrial, estas son muchísimo más ricas y sobre todos mucho más sanas, así que no querréis volver a comprar bollos en el supermercado...

1 comentario:

  1. Recien hechas estaban totalmente increibles, pero como desayuno mojadas en el café también estaban espectaculares!
    TQMMP!

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