Antes de que termine la Navidad quería compartir con vosotros la receta del roscón de reyes, tan típico en estas fiestas y que al menos para mí, es también uno de los momentos más especiales en casa, ver como mi madre lo reparte para el desayuno del Día de Reyes.
Es una receta laboriosa y lenta, pero el resultado es espectacular y no tiene nada que envidiar a los que podáis comprar en pastelerías (desde luego con los de panadería no hay color), y con el añadido de la satisfacción de lo hecho por uno mismo.
Voy a dividir los ingredientes según los pasos que vayamos realizando así que lo primero será la elaboración de la masa madre (es necesaria para evitar que el roscón se quede duro y aguante mejor el paso del tiempo).
Necesitaremos:
Necesitaremos:
- Medio vasito de leche entera (aproximadamente 70 ml)
- Medio cubo de levadura fresca (aproximadamente 12 g)
- 130 g de harina de fuerza
- Una cucharadita y media de azúcar
Templaremos la leche unos segundos en el microondas y desharemos la levadura con los dedos, mezclando bien para que se disuelva y comience la fermentación. Añadiremos el azúcar y la harina, y amasaremos para conseguir una bolita de masa homogénea.
Ahora en un bol vamos a echar agua templada y a introducir la bolita obtenida en el fondo. Cuando esté preparada va a flotar, así que en aproximadamente 10 minutos veréis como sube a la superficie y queda suave e infladita. (Pasado este tiempo si aún no podéis usarla porque estáis preparando la masa del roscón, quitad el agua).
Por otro lado, para la elaboración de la masa principal, vamos a necesitar:
- 120 g de azúcar glass
- La cáscara de medio limón
- La cáscara de media naranja
- Medio vasito de leche entera (unos 60 ml)
- 70-75 g de mantequilla en pomada (dejarla a temperatura ambiente, no en el micro)
- Un cubo de levadura fresca
- 500 g de harina de fuerza
- 2 huevos
- Un cucharada sopera y media de agua de azahar
- Media cucharadita de sal
Para esta segunda parte comenzaremos de la misma manera: deshaciendo el cubo de levadura en el vaso de leche templadita. Por otro lado tamizaremos la harina con la ayuda de un colador, y una vez conseguido, le añadiremos los huevos, la mantequilla cortada con las manos en trozos, el agua de azahar y la pizca de sal.
Echaremos en un cuenquito el azúcar glass y con un rallador no especialmente fino rallaremos la piel de media naranja y la piel de medio limón, con cuidado de no hacerlo en la parte blanca porque es mucho más amarga y podría estropear el sabor final. Mezclaremos bien y añadiremos a la mezcla anterior.
Con la espátula o las manos, si os apañáis mejor, vamos a mezclar unos minutos esta masa que veréis que es bastante compleja de amalgamar y que pesa, porque está muy seca, hecho esto nos ayudaremos de la batidora eléctrica y añadiremos la leche con la levadura y la bola de masa madre.
Ahora vamos a seguir con la batidora hasta conseguir una masa homogénea, blanda, pero no pegajosa. Pondremos un trozo de papel de horno sobre la encimera y lo engrasaremos con aceite de oliva para poder volcar la masa sobre el mismo. Nos untaremos las manos de aceite y amasaremos esta vez a mano y siempre metiendo la masa de fuera hacia adentro hasta conseguir una masa elástica y bien integrada.
Haremos una bola con la masa y la meteremos en un bol, tapado con papel transparente, para que doble su volumen totalmente, para lo que va a necesitar entre 3 y 5 horas. Yo recomiendo que lo dejéis unas 3 horas y media - 4 horas, nunca menos, porque luego en el resultado final se nota. Paciencia :)
Pasado este tiempo sacaremos la gran bola de masa y podéis usarla entera o dividirla en dos como hice yo, (más que nada porque era más sencillo para repartirlo entre los míos, pero un roscón enorme tiene su encanto). Tomaremos una de las partes y formaremos de nuevo una bola con ella metiendo la masa siempre hacia adentro. Dejaremos reposar la masa entre 5 y 10 minutos.
Es el momento de darle forma de roscón.... con los dedos haremos un agujero en el centro y poco a poco iremos abriéndolo hasta agrandarlo lo suficiente (si os atrevéis a levantarlo, es más cómodo ir girando para que por su propio peso se agrande el agujero central). Si véis que la masa no se queda donde la ponéis sino que encoge y vuelve al centro, dejad reposar un poco más la masa.
Con un papel de horno sobre la bandeja, ya podemos colocar nuestro roscón sobre ella y nos ocuparemos de estirar bien y mantener el agujero central.
Yo he utilizado un aro de emplatar embadurnado de aceite para que se mantenga cuando fermente la masa, pero podéis usar un vaso o cualquier otra cosa que se os ocurra, eso sí, tened en cuenta si se puede o no meter en el horno para retirarlo en el momento adecuado.
Volveremos a cubrir con papel transparente y dejaremos que fermente durante 2 horas para que vuelva a doblar su volumen. Podéis dejarlo un poco más si veis que no ha crecido lo suficiente, pero tampoco es bueno pasarse en los tiempos de fermentado, así que no os paséis de 3 horas.
Ya tenemos el roscón preparado, ahora sólo nos queda decorarlo, para ello necesitaremos:
Batiremos el huevo y con un pincel de silicona y muchísimo cuidado de no pinchar el roscón, iremos pintando toda la superficie. A continuación colocaremos los gajos de naranja y las guindas de la forma que más nos guste.
Para rematar, vamos a mezclar unos 75 g de azúcar con un chorrito de agua; mezclaremos bien y pondremos montocitos entre las frutas. (Parece que va a quedar transparente pero en el horno cogerá su color blanco característico).
NOTA: cuidado con que quede muy líquida la mezcla del azúcar y el agua, porque si resbala hasta la base se convertirá en caramelo y os estropeará el sabor del roscón.
Os dejo aquí como confitar vosotros mismos las naranjas, que no siempre son fáciles de conseguir y realmente saben igual. http://elcocinaresfacil.blogspot.com.es/naranjas-confitadas.html
Precalentaremos el horno a 200 grados calor arriba y abajo y cuando esté listo meteremos nuestro roscón y bajaremos el horno a 180 grados y dejaremos 15 minutos, 0JO, SIN ABRIR EL HORNO.
Veréis que enseguida se va tostando, así que tras este tiempo abriremos el horno, colocaremos un trozo de papel de aluminio sobre el roscón y dejaremos 5 minutos más (ya sabéis como probar si está hecho, pinchando en el centro y sacando el pincho limpio).
Sacadlo con cuidado y colocadlo sobre una rejilla hasta que se enfríe. Después con un cuchillo, despacito podéis quitar el aro de emplatar si lo habéis dejado puesto y a disfrutar!!!
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