Este fin de semana nos invitaron a comer unos amigos y nos prepararon una paella valenciana riquísima, así que no podíamos hacer menos que encargarnos del postre; pensando un poquito en algo diferente y que no fuese especialmente dulce, se nos ocurrió preparar un blackberry pie, o lo que es lo mismo, un pastel americano de moras, pero investigando un poco apareció la tarta linzer o linzertorte, que es la versión austriaca y que personalmente me gustó más. Pero no sólo quedó ahí, sino que decidí variar un poco la versión original y darle un toque diferente, así que preparamos la linzertorte de nuez.
Necesitamos:
- 200 gr de harina
- 1 cucharadita de levadura
- 100 gr de mantequilla
- 100 gr de azúcar
- 2 huevos
- 1 cucharada de canela
- 100 gr de nueces
- 1 taponcito de ron añejo
- 250 gr de mermelada de frutos del bosque
Lo primero que haremos será tamizar la harina y añadirle la levadura química, y por otro lado mezclar un huevo con el azúcar, la canela y el ron añejo y batirlo hasta que quede todo bien integrado. Reservaremos esta mezcla mientras continuamos con la receta.
Vamos a necesitar 100 gr de nueces en textura polvo, así que cada uno decidiréis según los utensilios con los que podáis contar como hacerlo, en mi caso las metí en un molinillo de café y poco a poco fui sacando la pasta de nuez a otro recipiente porque se pega a las paredes bastante. También derretí unos 5 segundos en el micro la mantequilla para que estuviese atemperada, pero no deshecha.
Una vez hecho hay que añadir la nuez y la mantequilla en la mezcla anterior y una vez mezcladito, añadir de dos veces la harina con la levadura.
Cuesta bastante mezclar todo, así que yo utilicé la batidora eléctrica, pero como os digo siempre, no es más que tiempo y paciencia el conseguir la mezcla perfecta.
Os quedará una masa bastante untuosa, aunque no pegajosa tipo masa de galletas de mantequilla, así que para poder trabajarla tendremos que dividirla en dos trozos, uno más grande que otro y envolverlos en papel transparente para dejarlos en la nevera unos 40 minutos aproximadamente.
Pasado este tiempo tomaremos el trozo de masa más grande y ayudándonos de dos hojas de papel de hornear para que no se nos pegue al rodillo, amasaremos despacito hasta conseguir que la masa pueda cubrir el molde elegido, que estará bien engrasado con mantequilla para que luego pueda despegarse. Esto lleva su tiempo porque tiene que cubrir bien las paredes para formar nuestra tarta.
Con cuidado y ayudándonos del papel de hornear ajustaremos la masa al molde, cortando si es necesario los trocitos que sobresalgan para cubrir zonas que hayan quedado más finas, porque es una masa muy maleable en este sentido.
Ahora rellenaremos con mermelada; yo elegí de frutos del bosque, pero que puede ser de arándanos rojos, de frambuesa o de mora que es un poco menos amarga que la mezcla de todas. Extenderemos bien por toda la superficie.
Para terminar, con la masa restante volveremos a extenderla con el rodillo y las hojas de papel de hornear y cortaremos tiras con el propio papel, para colocarlas en la tarta y formar el enrejado. Es un poco complicado manejar esta masa, por eso digo lo de cortar las tiras con el papel y darle la vuelta directamente sobre la tarta con cuidado. Si os resultase muy difícil, siempre se puede añadir un poco de harina a la masa y evitar que se pegue tanto.
Sólo nos queda precalentar el horno, pintar la tarta con un poco de huevo batido y ayuda de un pincel de silicona, para que coja un color doradito y meter la tarta a 180º calor arriba y abajo durante 25 minutos. No dejéis la tarta sin vigilancia a partir de los 20 minutos, porque se puede quemar.
Tiene un sabor algo amargo y diferente y una textura a galleta muy particular, que sorprenderá a los menos golosos. Espero que os guste!!
Tiene un sabor algo amargo y diferente y una textura a galleta muy particular, que sorprenderá a los menos golosos. Espero que os guste!!
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