Hace bastante tiempo que no hago receta de galletas, y recordando que fue la primera cosa que hice en la repostería y lo orgullosa que me sentí, he decidido traeros una nueva receta, para daros siempre opciones sencillas y deliciosas, quizá de ingredientes que puede que no se os ocurran.
Tenía en casa una deliciosa crema de castañas de Sanabria "Tierra de Sabor" y no he podido resistirme a utilizarla para hacer unas pastas grandes, contundentes y maravillosas como todo en esa tierra, la tierra de mi padre y su familia, y la que siento como mía.
Ingredientes:
- 250 gr aprox. de crema de castañas
- 200 gr. de harina
- 50 gr. de maizena
- 100 gr. de azúcar
- 1 huevo
- 60 gr. de mantequilla ablandada
- 1 cucharadita de levadura
- Azúcar glass para decorar
Prepararlas no puede ser más sencillo, lo primero será mezclar bien el huevo con el azúcar y cuando haya blanqueado un poquito habrá que añadir la mantequilla ligeramente ablandada y la crema de castañas. Mezclaremos bien y reservaremos.
Por otro lado vamos a mezclar los dos tipos de harina y la cucharadita de levadura y tamizaremos.
Sólo queda unir las dos mezclas hasta formar una masa homogénea y que aunque es pegajosa se puede manejar para formar una bola. Envolveremos en papel film y la dejaremos en la nevera aprox. 40 minutos.
Pasado este tiempo, precalentaremos el horno a 180º con calor arriba y abajo y sobre un papel sulfurizado formaremos bolitas de aproximadamente 1cm de grosor y aplastaremos un poco por la parte de arriba.
Tened en cuenta que hay que dejar una separación entre las bolas formadas porque estas galletas crecen mucho y aunque sobre todo lo hacen en altura, al llevar maizena y levadura también crecen hacia los lados.
En el horno estarán lista en unos 20 minutos, cuando empiecen a estar doraditas. Yo no dejo que cojan un color intenso porque quedaría mucha diferencia entre el exterior y lo blanquitas que quedan por dentro, porque son muy gorditas y con una textura de pasta de te.
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