Otra vez por aquí preparada para compartir con vosotr@s una receta sencilla y riquísima para los más golosos de la casa. Hace tiempo os enseñé a hacer las caracolas o rolls de canela de una forma sencillísima utilizando masa de hojaldre comprada (Caracolas de canela para principiantes), pero ha llegado del momento de hacerlas con la masa casera que ya tenemos más conocimientos que por entonces, así que manos a la obra:
- 500 gr de harina
- 70 gr de azúcar
- 50 gr de mantequilla
- Un sobre de levadura de panadería (7gr)
- 180 ml de leche (yo uso desnatada siempre)
- 1 huevo
- 1/2 cucharadita de sal
Por otro lado vamos a mezclar la harina con la levadura y una vez hecho esto, añadiremos la pizca de sal. Vamos a incorporar esta mezcla a la anterior con movimientos envolventes para incorporar aire a la masa.
Mezclaremos todos los ingredientes hasta conseguir una masa lisa, brillante y elástica, que podamos manejar fácilmente, y una vez conseguida dejaremos aproximadamente 40 minutos para que doble su tamaño, en un lugar seco y cálido, protegido de corrientes de aire.
Pasado el tiempo volcaremos la masa en la encimera y amasaremos ligeramente antes de extender con el rodillo hasta conseguir una forma de rectángulo y un grosor homogéneo por todas partes. Es una masa muy flexible así que tardaréis un poquito en extenderla, pero tranquilos quedará perfecta.
Es el momento de encender el horno a 220º calor arriba y abajo para que vaya precalentando.
- Canela
- Azúcar moreno
- Margarina
- Azúcar glass
- Esencia de vainilla
- Leche desnatada
- Agua
Extenderos la margarina por la masa (previamente derretida 5 segundos en el micro) con el pincel y esparciremos el azúcar moreno y la canela generosamente por toda la superficie.
Con cuidado enrollaremos la masa y cortaremos trozos de unos 3 cm de grosor (yo lo he hecho con las tijeras para que el corte quede limpio). Las pondremos en una bandeja de horno sobre papel vegetal y las bañaremos con leche ayudándonos del pincel.
Dejaremos que crezcan un poquito mientras se termina de calentar el horno y cuando esté listo las meteremos 15 minutos aproximadamente, hasta que las veáis doraditas (podéis bajar un poco el horno para que no se quemen por debajo, a 190º).
Una vez horneadas, las sacaremos y bañaremos con una mezcla que tendremos preparada conseguida con una cucharada grande de azúcar glass bien colmada, un chorro de esencia de vainilla, un poco de canela y un chorrito de agua (esta última añadidla siempre muy a poquitos para que no quede demasiado líquida esta mezcla).